Los drones pueden ser usados para mejorar el manejo de cultivos, mediante el análisis del estado vegetativo de las plantas, de su actividad fotosintética, el estudio del estrés hídrico o térmico, la alerta temprana de plagas, o las aplicaciones de ratio variable (semillas, fertilizantes o pesticidas), con el consiguiente ahorro económico para la explotación. Esto se consigue gracias a la incorporación a los drones de sensores multiespectrales, hiperespectrales y térmicos. Los drones en la agricultura sirven también para optimizar el tiempo de evaluación y obtener ahorros con el uso de esta tecnología.
El monitoreo a través de drones comprende tres fases:
1. Fases de monitoreo
Utilizando cámaras multiespectrales se puede detectar la cantidad de clorofila y la actividad fotosintética con precisión. Pudiendo mapear estos indicadores.
2. Fase de análisis y procesamiento de imágenes obtenidas
Se procesan las imágenes obtenidas con un software especializado, obteniendo como resultado modelos del cultivo. En base a la colorimetría se identifican zonas o puntos georreferenciados donde existen diferencias de color que se interpretan como un problema o deficiencia en el cultivo.
3. Fase de Solución (Propuesta de Solución al Productor o empresa)
Con la generación de un mapa que muestra el estado del cultivo nos permite realizar correcciones localizadas en los sitios con alguna deficiencia, ahorrando insumos y obteniendo mayores rendimientos. Utilizando los modelos y mapas obtenidos se acude al lugar identificado con deficiencias, donde un especialista analiza el origen o causa de la deficiencia. El agrónomo especialista documenta el sitio para posteriormente proponer una solución adecuada de manejo para el cultivo.